En los supermercados, el indicador desestacionalizado de ventas mostró una baja del 0,3% respecto a enero, mientras que el dato interanual arrojó una suba de 1,5%, que significó una desaceleración respecto al 4,1% que había mostrado enero. Por el lado de los autoservicios mayoristas, la caída fue más pronunciada: las ventas reales bajaron 1% en comparación con el mes anterior y se desplomaron un 9,1% frente a febrero de 2024, consolidando una caída acumulada del 9,8% en el primer bimestre del año.
El freno en el consumo se produce en un contexto de fuerte ajuste económico, con una inflación aún elevada y una pérdida del poder adquisitivo que empieza a reflejarse en la composición del gasto y en las preferencias de los consumidores.